Esta lectura reflexiva asume dos roles, en los cuales nos estamos formando y es decisión de cada uno que postura tomar, el profesor lo visualizo como una persona que no se deja tocar que esta más allá de los estudiantes, incapaz de caminar con los zapatos que camina el estudiante, en cambio un educador es esa persona como dice la lectura ENCIENDE la llama de los estudiantes, es un ser integrador y didacta, y es aquí donde muchos quisiéramos llegar a ser, el amor por la carrera lo tenemos muchos pero nos falta paciencia o quizás de aprendizaje y más experiencia, para así ir trabajando y formándonos como piezas de rompecabezas cada experiencia y aprendizaje va llenando esa figura ese ideal que queremos ser, en este momento considero que cada uno quiere poner su grano de arena por mejorar la calidad de la educación y así ir viendo entre ensayo y error que es lo más adecuado para ser y sentirse como EDUCADOR. Gisvel Salas C.I:23.719.235 Fase III Fecha: 29 de noviembre de 2015
En el campo educativo el docente debe reflejar una personalidad propia que le permita cumplir con los objetivos que a diario se propone en si un aprendizaje, este personalidad va definida de acuerdo a ciertos comportamientos que el mismo presente ante diversas circunstancias, estos comportamientos a través de esta lectura se han organizado en dos personalidades una como profesor y otra como educador, en donde resumidamente se puede ver el profesor como con una condición objetiva a todos los puntos que se dirige y el educador como un tanto más subjetivo el cual se involucra en cierto sentido a un punto más personal e influyente como ser humano, considero que es importante no enfatizarse solamente es tener las características totales de uno de ellos, es decir sugiero comportarse como profesor en algunos momentos y en otros como educador dependiendo como lo amerite el mismo, y para hacer más compleja la situación consideraría que para la mayoría de las ocasiones hay ser ambos, siempre tener un sentido objetivo con uno más personal más afianzado al ser humano en sí, si bien es cierto es muy difícil que se suscite mencionada situación, pero el docente debe sr capaz de enmarcar el punto en el cual comportarse de una forma o de la otra siempre el pro de la meta principal, la educación. Jarly Avendaño CI. 24.195.553 Fase III
Un educador es, en mi opinión una persona ejemplar con la aspiración a tener los valores como la bandera de su vida, integridad, servicio desinteresado y apasionado, honestidad, fortaleza y temple, justicia, amor, paz y sabiduría son sus bases de formación y por lo tanto de transmisión al mundo que lo rodea. Un educador debe ser como una fuente de agua en momentos de sed y al mismo tiempo como viento que anima a subir la montaña. Multifacético, dispuesto, alegre y feliz. Un educador debe ser un ingeniero, un médico, un arquitecto, un filósofo, un sacerdote, un artista, un músico, un psicólogo, un científico pero sobre todo un oído atento a las necesidades corporales, emocionales e incluso espirituales de los estudiantes. Labor difícil y de gran responsabilidad las que nos hemos impuesto libre y felizmente, nos corresponde ahora asumirla con propiedad. Aquel que no sienta la vocación de servir a las que nos llama nuestra elección quizá debe repensar y buscar la felicidad plena en otro espacio, no vale jamás la pena elegir esta profesión o mejor dicho esta vida sino nos hace felices de verdad. Para concluir, quiero tratar de responder a la pregunta del título, aun no lo soy, no soy un educador, pero estoy en el camino para llegar a hacerlo, es mi pasión y mi alegría, algún día lo conseguiré. Quizá algún día nos recuerden con cariño como muchos de nosotros hacemos con esos educadores que impactaron nuestra vida, que creo yo que, más que educadores son esa palabra que ya ahora no se usa tanto pero que significaba todo lo antes mencionado y mucho más, símbolo de pureza, sabiduría, respeto y gran dignidad ganada, esa palabra es MAESTRO. Fermín David Morales Torres C.I.- 19.486.938 Ciencias Físico Naturales Práctica Profesional Docente – Fase III
Ser Educadora es realmente un sueño, un anhelo, un inmenso deseo en mi vida, desde muy niña me visualizaba siendo Maestra, hoy comprendo que aún cuando las palabras han cambiado, en esencia sigue siendo lo mismo. Es un camino que se construye día a día con mucho esfuerzo y dedicación. Y por mi parte sé que estoy en ese camino. Esta lectura también me hace reflexionar sobre las experiencias vividas durante las tres Prácticas Profesionales, distintos estudiantes y distintas realidades y las veces en las que intente ser Educadora, sin embargo sé que la Experiencia hace al maestro y con mi mayor empeño lo voy a lograr. Delis Yohana Dávila Fase III
Ser Educadora es realmente un sueño, un anhelo, un inmenso deseo en mi vida, desde muy niña me visualizaba siendo Maestra, hoy comprendo que aún cuando las palabras han cambiado, en esencia sigue siendo lo mismo. Es un camino que se construye día a día con mucho esfuerzo y dedicación. Y por mi parte sé que estoy en ese camino. Esta lectura también me hace reflexionar sobre las experiencias vividas durante las tres Prácticas Profesionales, distintos estudiantes y distintas realidades y las veces en las que intente ser Educadora, sin embargo sé que la Experiencia hace al maestro y con mi mayor empeño lo voy a lograr. Delis Yohana Dávila Fase III
Esta lectura reflexiva asume dos roles, en los cuales nos estamos formando y es decisión de cada uno que postura tomar, el profesor lo visualizo como una persona que no se deja tocar que esta más allá de los estudiantes, incapaz de caminar con los zapatos que camina el estudiante, en cambio un educador es esa persona como dice la lectura ENCIENDE la llama de los estudiantes, es un ser integrador y didacta, y es aquí donde muchos quisiéramos llegar a ser, el amor por la carrera lo tenemos muchos pero nos falta paciencia o quizás de aprendizaje y más experiencia, para así ir trabajando y formándonos como piezas de rompecabezas cada experiencia y aprendizaje va llenando esa figura ese ideal que queremos ser, en este momento considero que cada uno quiere poner su grano de arena por mejorar la calidad de la educación y así ir viendo entre ensayo y error que es lo más adecuado para ser y sentirse como EDUCADOR.
ResponderEliminarGisvel Salas C.I:23.719.235
Fase III
Fecha: 29 de noviembre de 2015
En el campo educativo el docente debe reflejar una personalidad propia que le permita cumplir con los objetivos que a diario se propone en si un aprendizaje, este personalidad va definida de acuerdo a ciertos comportamientos que el mismo presente ante diversas circunstancias, estos comportamientos a través de esta lectura se han organizado en dos personalidades una como profesor y otra como educador, en donde resumidamente se puede ver el profesor como con una condición objetiva a todos los puntos que se dirige y el educador como un tanto más subjetivo el cual se involucra en cierto sentido a un punto más personal e influyente como ser humano, considero que es importante no enfatizarse solamente es tener las características totales de uno de ellos, es decir sugiero comportarse como profesor en algunos momentos y en otros como educador dependiendo como lo amerite el mismo, y para hacer más compleja la situación consideraría que para la mayoría de las ocasiones hay ser ambos, siempre tener un sentido objetivo con uno más personal más afianzado al ser humano en sí, si bien es cierto es muy difícil que se suscite mencionada situación, pero el docente debe sr capaz de enmarcar el punto en el cual comportarse de una forma o de la otra siempre el pro de la meta principal, la educación.
ResponderEliminarJarly Avendaño
CI. 24.195.553
Fase III
Un educador es, en mi opinión una persona ejemplar con la aspiración a tener los valores como la bandera de su vida, integridad, servicio desinteresado y apasionado, honestidad, fortaleza y temple, justicia, amor, paz y sabiduría son sus bases de formación y por lo tanto de transmisión al mundo que lo rodea. Un educador debe ser como una fuente de agua en momentos de sed y al mismo tiempo como viento que anima a subir la montaña. Multifacético, dispuesto, alegre y feliz. Un educador debe ser un ingeniero, un médico, un arquitecto, un filósofo, un sacerdote, un artista, un músico, un psicólogo, un científico pero sobre todo un oído atento a las necesidades corporales, emocionales e incluso espirituales de los estudiantes. Labor difícil y de gran responsabilidad las que nos hemos impuesto libre y felizmente, nos corresponde ahora asumirla con propiedad. Aquel que no sienta la vocación de servir a las que nos llama nuestra elección quizá debe repensar y buscar la felicidad plena en otro espacio, no vale jamás la pena elegir esta profesión o mejor dicho esta vida sino nos hace felices de verdad. Para concluir, quiero tratar de responder a la pregunta del título, aun no lo soy, no soy un educador, pero estoy en el camino para llegar a hacerlo, es mi pasión y mi alegría, algún día lo conseguiré. Quizá algún día nos recuerden con cariño como muchos de nosotros hacemos con esos educadores que impactaron nuestra vida, que creo yo que, más que educadores son esa palabra que ya ahora no se usa tanto pero que significaba todo lo antes mencionado y mucho más, símbolo de pureza, sabiduría, respeto y gran dignidad ganada, esa palabra es MAESTRO.
ResponderEliminarFermín David Morales Torres
C.I.- 19.486.938
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Práctica Profesional Docente – Fase III
ResponderEliminarSer Educadora es realmente un sueño, un anhelo, un inmenso deseo en mi vida, desde muy niña me visualizaba siendo Maestra, hoy comprendo que aún cuando las palabras han cambiado, en esencia sigue siendo lo mismo. Es un camino que se construye día a día con mucho esfuerzo y dedicación. Y por mi parte sé que estoy en ese camino. Esta lectura también me hace reflexionar sobre las experiencias vividas durante las tres Prácticas Profesionales, distintos estudiantes y distintas realidades y las veces en las que intente ser Educadora, sin embargo sé que la Experiencia hace al maestro y con mi mayor empeño lo voy a lograr.
Delis Yohana Dávila
Fase III
ResponderEliminarSer Educadora es realmente un sueño, un anhelo, un inmenso deseo en mi vida, desde muy niña me visualizaba siendo Maestra, hoy comprendo que aún cuando las palabras han cambiado, en esencia sigue siendo lo mismo. Es un camino que se construye día a día con mucho esfuerzo y dedicación. Y por mi parte sé que estoy en ese camino. Esta lectura también me hace reflexionar sobre las experiencias vividas durante las tres Prácticas Profesionales, distintos estudiantes y distintas realidades y las veces en las que intente ser Educadora, sin embargo sé que la Experiencia hace al maestro y con mi mayor empeño lo voy a lograr.
Delis Yohana Dávila
Fase III